Hace más de 100 años, en el año 1918 donde ambos océanos se juntan, había un hombre llamado el Admiral Mayberry Johnston. Su trabajo era muy importante: él cuidaba de la seguridad del Canal de Panamá. Pero además de ser un gran protector, el Admiral Johnston tenía un sueño: crecer el deporte del golf. Un día, mientras cabalgaba en su caballo por una gran colina en Carrasquilla, vio algo especial. Frente a él se extendía una enorme llanura llamada Las Sabanas. A su derecha podía ver el río Matasnillo, y más allá, el océano Pacífico brillaba bajo el sol. Aunque esa tierra era utilizada para el ganado, el Admiral Johnston imaginó algo diferente: un campo de golf. Con gran entusiasmo, el Admiral Johnston reunió a un grupo de personas que también amaban el golf. Pero había un problema: la tierra de Las Sabanas pertenecía a la familia Bermúdez Alemán. El Admiral Johnston y sus amigos hablaron con la familia y lograron un acuerdo. Alquilaron la tierra por 200 dólares al mes, una gran suma en esa época. ¡El sueño estaba más cerca de hacerse realidad! Con la ayuda de los recursos del Canal de Panamá, trabajaron rápidamente para convertir esa llanura en un campo de golf. En muy poco tiempo, el primer campo de golf de Panamá estaba listo. Era un lugar hermoso, rodeado de naturaleza y con vistas al océano. El Admiral Johnston y sus amigos decidieron celebrar su nuevo campo con un gran torneo. Lo llamaron "El Istmico", en honor a Panamá, el país del istmo. Este torneo fue el primero de su tipo en la región y atrajo a golfistas de todas partes. Así fue como, gracias a la visión y la tenacidad del Admiral Mayberry Johnston, comenzó la historia del golf en Panamá. Las Sabanas, que una vez fue solo un campo para ganado, se convirtió en un lugar especial donde la gente podría disfrutar de un deporte que uniría a personas de todas las edades. Y así, el golf encontró su hogar en Panamá, donde su historia sigue creciendo hasta hoy.
"Para nuestros fieles herederos"
Esta fue solo la primera parte de la historia. En 1922, el presidente del Club de Golf de Panamá le pidió a Samuel Lewis que buscara una nueva tierra a no más de 1 kilómetro de Las Sabanas. Encontraron una propiedad titulada Hacienda La Carrasquilla, la cual fue vendida al Club de Golf de Panamá por 20,000 dólares. Con esta nueva tierra ya comprada, los miembros decidieron dejar su campo original y mudarse. En 1927, con la mitad del nuevo campo construido, decidieron organizar el primer Abierto de Panamá. En este torneo, los jugadores alternaban entre los 9 hoyos del campo de Las Sabanas y 9 hoyos del nuevo campo. No fue hasta 1931 cuando dejaron por completo el terreno arrendado y se mudaron definitivamente al nuevo campo, marcando el inicio de una nueva era para el golf en Panamá. creciendo hasta hoy.
"Para nuestros fieles herederos"
Los escritos de R.T. Martin (primer secretario del Club), del primero de enero de 1932 en Star & Herald, edición periódica en inglés y en la cual se insertó en español La Estrella de Panamá hasta 1951, cuentan que el almirante Marbury Johnston, quien fue el encargado de las fuerzas navales en la zona del Canal al concluir la Primera Guerra Mundial; el coronel Landers, el coronel Morrell y el prominente ciudadano panameño Raúl Espinosa, se encontraban paseando a caballo por el sitio conocido como Las Sabanas (cerca de la vía España, a la altura de la estación de bomberos Darío Vallarino), cuando entre anécdotas y comentarios coincidieron: sería un sitio estupendo para crear una cancha de golf.
"When the Admiral, General Morrow, Francisco Arias Paredes and don Raul Espinosa, decided that the pastures of Las Sabanas could be transformed into a Golf course, the Duke jumped on the bandwagon, threw a keg of Balboas Best Brewed and hollored FORE"
Jon WestMan - Panama Canal Review
Contralor CGP 1919 - 1966
A los diez años de aportar con su juego a la historia del golf, el Club se vio obligado a mudarse por estar en espacio arrendado. Dos años durarán en una segunda sede, de carácter provisional, entre calle 50 y vía Porras, alquilado a la familia Bermúdez, antes de la mudanza a la tercera de Vía Porras. Este tercer terreno tiene historia. Don Samuel Lewis, miembro de la junta de directores, negocia en 1922 la compra de 84 hectáreas de los terrenos Bermúdez Alemán, con Manuela Guardia de Alemán, por la cantidad de 20,000 dólares. Fue una acertada medida previsora porque se sabía que la sede original del Club no era propia. Sin embargo, los socios no estaban convencidos de la mudanza desde la segunda sede a Vía Porras. CA McIlvaine, electo presidente en 1929, inicia la campaña para lograr convencer a los socios. Incluso, con ayuda, traza lo que sería la cancha de 18 hoyos, invita un domingo memorable a los miembros quienes pierden la paciencia por las condiciones del terreno. Pero la decisión ya estaba tomada y el esfuerzo de hombres como John Westman, Charles Peterson, BC Poole, CF MacMurray, Mcllvaine y en particular la firmeza del doctor Joaquín José Vallarino, hizo posible que las obras del nuevo club avanzaran.
-Violeta Villar
Libro 100 años del Club de Golf de Panamá
"Para nuestros fieles herederos"
"Para nuestros fieles herederos"
En una loma construyeron los socios el edificio club house estilo inglés que contaba con un salón abierto enorme. Tenía un bar y cocina de un lado y en la parte oeste las oficinas y vestidor de hombres. Debajo estaban los garajes y cuarto de bolsas donde se reunían los caddies. En el lado del tee salida a la cancha había un kiosco para atender a los golfistas. No existía un driving range. Los golfistas usaban una plataforma adyacente al kiosco para pegar sus bolas hacia el fairway del hoyo 9. Los caddies recogían las bolas. Se jugaban los primeros 9 hoyos nuevos de la cancha junto con los otros nueve hoyos de la cancha vieja para completar los 18 hoyos de golf. Posteriormente se construyeron los segundos 9 hoyos de golf para tener una cancha de 18 hoyos par 72. Al mismo tiempo la empresa constructora Martinz construyó la nueva ala este del club house para albergar el vestidor de damas y en un segundo nivel el pro shop y apartamento para el pro de golf. Más abajo se colocó el cuarto de bolsas frente al putting green. Conseguir agua en los nuevos terrenos era difícil porque no existía ninguna quebrada y hubo que perforar pozos que bombeaban el agua a un estanque ubicado en el cerro adyacente al hoyo 1. Solo había suficiente agua para regar los greenes y tees. En los veranos, la grama de los fairways se secaba del todo y la bola corría 50 yardas más.
-Carlos Arosemena
Libro 100 años del Club de Golf de Panamá
"Para nuestros fieles herederos"